Por Nelson De Lucía
Quienes somos de la "guardia vieja" vemos con agrado lo que en los últimos tiempos está llevando a cabo ENEBA, la Escuela Nacional de Entrenadores de Básquetbol de nuestra ciudad. Lo que no sé, es si los concurrentes a estas clases, charlas, clínicas, cursos, le dan el valor real a lo que significa tener esta posibilidad al alcance de la mano, para poder nutrirse de los amplios conocimientos que los disertantes están brindando y de la ventaja que esto significa.
En nuestra época, todo era a pulmón. Paso a explicar; no estaban los que podían dejar enseñanzas disertando, no había literatura ni videos y viajar al extranjero nos resultaba algo muy trabajoso. Sé de casos que parecían imposibles debido a los costos, hay otros más, pero cito el mío, en el año 78 vendí un DKW para adquirir conocimientos fuera del país.
Podíamos extraer conocimientos estudiando la visita de algún equipo del exterior que llegase en alguna gira, cosa muy improbable, porque a nadie le interesaba venir a competir con nuestro básquetbol. Por lo tanto teníamos que acudir a los libros que se podían conseguir, con el agravante que al llegar a nuestras manos ya eran viejos, ¿Por qué? Porqué antes, el que volcaba sus experiencias, era aquel a quien eso ya no le daba resultados, ya sea porque en su medio estaba muy visto o bien muy analizado por sus pares con los que competía. Por otra parte, publicar era una salida más para hacerse conocer en otros lugares que para divulgar el conocimiento. Entonces, nos podía llegar lo de Jack Ramsay, Bobby Knight o Dean Smith por citar algunos. Claro que no reniego de ello porque a nosotros nos servía y no quiero significar que lo desechábamos, muy por el contrario, pero quiero demostrar que lo recibido nos parecía un maná. No por ello dejaba de ser algo ya descartado por el básquetbol de alto nivel donde uno siempre quería llegar y se chocaba con todas las contingencias imaginables. Además, debíamos hacer todo un verdadero periplo, como empezar desde divisiones formativas hasta poder llegar a la Liga Nacional, cosa que nos fue por demás complicado y trabajoso. Tuvimos que ir escalando lugares para llegar a ser no solo reconocidos, sino también para poder ir adquiriendo experiencia, que por lo explicado anteriormente nos resultaba de lo más dificultoso, fundamentalmente porque teníamos a mano muy pocos referentes a quienes recurrir para que nos brinden sus conocimientos. Chocábamos en algunos casos con el “juego” del misterio. Y hoy ocurre totalmente lo opuesto, a esto me refiero cuando digo si se reconoce y se le da el valor real a la tarea que está llevando a cabo ENEBA en nuestra ciudad.
Y cuando hablo de esa "guardia vieja" y sin ser descortés con alguien, creo que puedo nombrar a Armando de los Santos, Manzana Pieroni y de los que ya no están Mario Lenti , Bala Ripullone o el Tano Canutti, y muy cerca al “Negrito” Mugni y alguno más, pero estoy hablando de décadas atrás. En cambio hoy es un gusto ver entrenar a “Fito” Pássaro, el “Tulo” Rivero, “Corcho” Perez, Javier Orlandoni, Pablo Epeloa, Facundo Petracci, “Chiche” Japez, el “Chino” Zulberti y seguramente algún otro. Todos están entregando su bagaje de conocimientos adquiridos a lo largo de sus trayectorias y a ello me remitía anteriormente cuándo dije si todos aquellos que hoy participan de las enseñanzas que se les está brindando ENEBA, son concientes de lo que realmente ello significa. Espero que sí, tengo fe que van a capitalizar el valor de lo que están acumulando porque lo reciben de gente que ha demostrado que sabe lo que hace, sabe lo que brinda y sabe como transmitirlo.
En nuestra jerga, gente que tiene gastados muchos pares de zapatillas en los gimnasios.
Por ello digo SOPLAN AIRES NUEVOS PARA EL BÁSQUETBOL DE LA PLATA, y también para quienes son de otros sitios de la provincia y tienen la fortuna de recibir lo que está brindando la Escuela Nacional de Entrenadores de Básquetbol.
Quienes somos de la "guardia vieja" vemos con agrado lo que en los últimos tiempos está llevando a cabo ENEBA, la Escuela Nacional de Entrenadores de Básquetbol de nuestra ciudad. Lo que no sé, es si los concurrentes a estas clases, charlas, clínicas, cursos, le dan el valor real a lo que significa tener esta posibilidad al alcance de la mano, para poder nutrirse de los amplios conocimientos que los disertantes están brindando y de la ventaja que esto significa.
En nuestra época, todo era a pulmón. Paso a explicar; no estaban los que podían dejar enseñanzas disertando, no había literatura ni videos y viajar al extranjero nos resultaba algo muy trabajoso. Sé de casos que parecían imposibles debido a los costos, hay otros más, pero cito el mío, en el año 78 vendí un DKW para adquirir conocimientos fuera del país.
Podíamos extraer conocimientos estudiando la visita de algún equipo del exterior que llegase en alguna gira, cosa muy improbable, porque a nadie le interesaba venir a competir con nuestro básquetbol. Por lo tanto teníamos que acudir a los libros que se podían conseguir, con el agravante que al llegar a nuestras manos ya eran viejos, ¿Por qué? Porqué antes, el que volcaba sus experiencias, era aquel a quien eso ya no le daba resultados, ya sea porque en su medio estaba muy visto o bien muy analizado por sus pares con los que competía. Por otra parte, publicar era una salida más para hacerse conocer en otros lugares que para divulgar el conocimiento. Entonces, nos podía llegar lo de Jack Ramsay, Bobby Knight o Dean Smith por citar algunos. Claro que no reniego de ello porque a nosotros nos servía y no quiero significar que lo desechábamos, muy por el contrario, pero quiero demostrar que lo recibido nos parecía un maná. No por ello dejaba de ser algo ya descartado por el básquetbol de alto nivel donde uno siempre quería llegar y se chocaba con todas las contingencias imaginables. Además, debíamos hacer todo un verdadero periplo, como empezar desde divisiones formativas hasta poder llegar a la Liga Nacional, cosa que nos fue por demás complicado y trabajoso. Tuvimos que ir escalando lugares para llegar a ser no solo reconocidos, sino también para poder ir adquiriendo experiencia, que por lo explicado anteriormente nos resultaba de lo más dificultoso, fundamentalmente porque teníamos a mano muy pocos referentes a quienes recurrir para que nos brinden sus conocimientos. Chocábamos en algunos casos con el “juego” del misterio. Y hoy ocurre totalmente lo opuesto, a esto me refiero cuando digo si se reconoce y se le da el valor real a la tarea que está llevando a cabo ENEBA en nuestra ciudad.
Y cuando hablo de esa "guardia vieja" y sin ser descortés con alguien, creo que puedo nombrar a Armando de los Santos, Manzana Pieroni y de los que ya no están Mario Lenti , Bala Ripullone o el Tano Canutti, y muy cerca al “Negrito” Mugni y alguno más, pero estoy hablando de décadas atrás. En cambio hoy es un gusto ver entrenar a “Fito” Pássaro, el “Tulo” Rivero, “Corcho” Perez, Javier Orlandoni, Pablo Epeloa, Facundo Petracci, “Chiche” Japez, el “Chino” Zulberti y seguramente algún otro. Todos están entregando su bagaje de conocimientos adquiridos a lo largo de sus trayectorias y a ello me remitía anteriormente cuándo dije si todos aquellos que hoy participan de las enseñanzas que se les está brindando ENEBA, son concientes de lo que realmente ello significa. Espero que sí, tengo fe que van a capitalizar el valor de lo que están acumulando porque lo reciben de gente que ha demostrado que sabe lo que hace, sabe lo que brinda y sabe como transmitirlo.
En nuestra jerga, gente que tiene gastados muchos pares de zapatillas en los gimnasios.
Por ello digo SOPLAN AIRES NUEVOS PARA EL BÁSQUETBOL DE LA PLATA, y también para quienes son de otros sitios de la provincia y tienen la fortuna de recibir lo que está brindando la Escuela Nacional de Entrenadores de Básquetbol.